2021-09-02

Estudiantes de Antropología son entrevistadas en revista Cal y Canto sobre su rol en Asambleas Territoriales

La extensa entrevista a nuestras estudiantes aborda temáticas como levantamiento de asambleas, feminismo, participación y brechas generacionales, el proceso constituyente, la articulación con otros territorios, tensiones entre lo doméstico y lo político, entre otros grandes temas. 

Recientemente fue publicado el número 8 de la revista Cal y Canto, publicación que contó con entrevistas a nuestra estudiante de Antropología, Claudia Vera Reinman, y la egresada Leonor Benítez Aldunate, quienes junto a Javiera Moreno, son voceras de la Asamblea Juan Antonio Ríos.

Esta edición está dedicada a visibilizar a los protagonistas principales de las Asambleas Territoriales y registrar la experiencia vivida durante el Estallido Social de 2019. Participaron las Asambleas territoriales de Santiago: de La Florida, Villa Olímpica, Yungay, Juan Antonio Ríos, Villas Unidas, Barrio Yungay, Villa Francia y Lo Hermida. También con dos emblemáticas organizaciones de profesionales inspiradas en la Educación Popular: Casa Azul y EPES (Educación Popular en Salud).

La extensa entrevista a nuestras estudiantes aborda temáticas como levantamiento de asambleas, feminismo, participación y brechas generacionales, el proceso constituyente, la articulación con otros territorios, tensiones entre lo doméstico y lo político, entre otros grandes temas. 

Les dejamos un par de extractos de la entrevista, e invitamos a revisar la publicación completa aquí: Ver aquí la publicación

Leonor: “Como asamblea hemos hecho muchas actividades y quizás como que cruzamos todos los temas, pero personalmente voy a hablar de lo que yo encuentro más significativo que fue la acción que se hizo en homenaje a Joshua Osorio, que es un chico que murió quemado en Renca, él estudiaba en el colegio Alessandri que está acá en la Juan Antonio Ríos y nosotros hicimos un acto para reivindicar su figura y relevar el hecho de que fue asesinado. Junto con la familia afuera del colegio Alessandri, colocamos una placa con su nombre e hicimos una actividad: vinieron sus compañeros de colegio, su familia, vecinos; eso fue muy sigficativo para mí, en términos de que no es uno de los asesinados más conocidos, pero que sí era de la zona norte”.

“Otra fecha importante, por las tensiones que creó dentro de la asamblea, fue el Día de la Violencia Contra la Mujer; en el sentido que nosotras como feministas pusimos el tema a debatir, pero la actividad fue articulada por toda la asamblea, es decir, entre hombres y mujeres y por consiguiente, en la actividad pasaron cosas que no nos gustaron como por ejemplo, que algunos cabros de la asamblea terminaran dirigiendo la marcha. Esos detalles nos hicieron dar cuenta de que como feministas, tienes que organizarte en un espacio separatista para poder instalar realmente lo que quieres instalar y decirle a los cabros como “¡ustedes no deciden acá, no organizan, ni conducen!”; para mí eso fue un hito porque nos hizo plantearnos el feminismo dentro de un espacio mixto y decir nos queremos organizar de manera separatista dentro de la asamblea: sólo nosotras decidiremos si abortamos, o qué haremos para el 8 de Marzo o el Día Contra la Violencia; que si los compañeros llegan es para colaborar en lo que nosotras les pidamos. Igual era difícil, porque nosotras entendemos que estamos en un espacio mixto y que la mayoría de los hombres no se han interesado en aprender de feminismo”.

Claudia: “Con respecto a las acciones feministas que desarrollamos como asamblea, recuerdo que los primeros meses no las habíamos considerado dentro del espacio. Después, cuando apareció lo de Las Tesis entendimos que había que activar esa red, entonces nos juntamos para hacer algunas marchas y la performance; que se hizo primero en Independencia y luego en la noche hicimos una especie de pasacalle al frente de la comisaría de la Juan Antonio Ríos. Claramente no salió nadie, se escondieron. Después nos paramos a un costado de la feria navideña a difundir el contexto de la manifestación. Más adelante empezamos a organizarnos para el 8M, nos juntábamos a hacer el lienzo que íbamos a llevar ese día a Plaza Dignidad y a preparar la jornada que iba a ser el 8 y 9 de marzo en la Ríos. El 9 de marzo hicimos una marcha territorial de mujeres en el que fuimos cambiando los nombres de las calles por nombres de mujeres de nuestra historia; teníamos un mapa de la población e identificamos lugares inseguros para nosotras donde habíamos sufrido acoso o violencia y recuerdo que llegaron muchas vecinas a marcar su casa y otros espacios masculinizados dentro de la población”.