2020-01-16

Francisca Márquez y sus “Cuatro formas de convivir en Plaza Italia” en Congreso Futuro

La antropóloga se presentó en el Panel “CONVIVIR”, que dio cierre a la primera jornada de la edición 2020 de Congreso Futuro, que también tuvo como exponentes a Paola Palacios, Benito Baranda y Mario Orellana

En marco de la edición 2020 del Congreso Futuro, la académica del departamento de Antropología expuso en el Panel “CONVIVIR” -que dio cierre a la primera jornada del congreso- cuya pregunta central fue ¿Cuál es nuestra capacidad, como habitantes de Chile, para construir un futuro común con empatía y colaboración?”. Desde su experiencia viviendo en la zona cero de Plaza Italia -rebautizada como Plaza de la Dignidad- comentó el análisis de lo que ha visto y praxis identificadas en esta observación que se muestran como “comunidades de aprendizaje”.

Ante las expresiones que ha visto en la zona de protestas declaró que “Ha sido también un laboratorio de emociones, no me cabe duda de que hay algo con la ira ahí. Hay mucha ira contenida y las expresiones de violencia tienen que ver con esa ira. Pero la antropología indica que en nuestra cultura, tanto la política como las construcciones morales se construyen desde las emociones y los sentimientos. La política no es sólo racionalidad: se construye desde estas expresiones espontáneas que a veces se asemejan al enojo”.

En cuanto a las formas de convivencia, la experta en identidades urbanas identificó cuatro que contribuyen a la desestigmatización de las manifestaciones:

  • Comunitarismo de resistencia: “Me parece esencial mostrar que en estos días se han reactualizado ciertas memorias que tienen que ver con los vínculos sociales propios de la solidaridad y la reciprocidad”. Dentro de este aspecto, mencionó a los comedores comunes y a los voluntarios que prestan primeros auxilios a los manifestantes como expresiones de autocuidado. “En Plaza Italia es obvio que hay expresiones de gratuidad importantes”.

 

  • Demandas ciudadanas: el aspecto que más destacó respecto a las demandas es que estas “anuncian una nueva forma de pensar la política”, no abanderándose bajo ningún partido político. ”No se ven banderas de partidos” declaró. Según Márquez, se marcha bajo el reclamo ciudadano expresando claramente la demanda por dignidad y de la percepción del abuso y de la falta de derechos.

 

  • Desobediencia: “Apunta a una forma de convivir en la cual se reivindica y se insiste, a veces con ira, en el derecho a ser escuchado a partir de una historia larga de abusos”. Como ejemplo mencionó el caso de LasTesis -a quiénes se refirió como un “fenónemo planetario”- cuya lucha es el fin del patriarcado y al pueblo Mapuche “que exige que de una vez por todas se cumpla la deuda social con sus territorios y cultura”. Con respecto a este último punto, mencionó a la figura de Camilo Catrillanca que ha estado presente a lo largo de todo el estallido social y “habla también de un deseo por vivir, que de una vez por todas tenemos que escuchar”.
  • Épica: centrándose en el “el piño que desea de una vez por todas encontrarle el sentido a la vida”, identifica a los jóvenes del Sename, estudiantes universitarios y secundarios y a anarquistas que buscan el fin del sistema. Estos jóvenes son quienes increpan a la población frente a la deuda social y las carencias que tienen. Para Márquez “No es fácil convencerlos -de cambiar de opinión- porque en esta épica también han encontrado sentido de identidad”.

La antropóloga recalcó la necesidad de escuchar y empatizar con las emociones del estallido para que estas impresiones dejen de ser percibidas “como expresiones y experiencias del gueto” pues si no llevan a la construcción de lazos sociales con la diversidad que dejen de lado la segregación “la ira puede continuar”.

En conversación luego de su exposición, Márquez aprovechó para hablar de la relación del mercado de trabajo con la educación superior: “Este modelo prometió que con mayor educación íbamos a lograr cuotas importantes de bienestar -refiriéndose a la meritocracia-. La verdad es que los jóvenes estudian y no logran un trato igualitario de que les miren o retribuyan su trabajo, eso es una bomba de tiempo, es lo que estalló. El mercado de trabajo tiene que cumplir su promesa. La educación necesita una retribución del mercado de trabajo. Se decía que los jóvenes estaban intentando aprender las reglas del mercado, y cuando aprendieron las reglas, entraron al mercado y no encontraron cuotas mínimas de dignidad”-.

También recalcó lo estamentada que está la sociedad respecto a castas y clases, pero a pesar de la segregación, el cansancio evidenciado en las demandas sociales es una oportunidad para llegar a un acuerdo, “hay un cansancio transversal en los distintos segmentos del país con las exigencias que el modelo nos impone. No queremos más los códigos morales del abuso y en torno a eso hay un acuerdo impresionante. El estallido tiene que ver con ese malestar al que hemos llegado”.

Para finalizar, Francisca Márquez habló de la necesidad de seguir trabajando para un modelo más justo participando territorialemente en cabildos y asambleas, “no creamos que con la constitución se termina el trabajo, después se viene un camino muy largo de trabajo y no hay que desmovilizarse”.