2021-05-04

COLUMNA | Ejercicios de aridez en el desierto de Atacama. Celeste Rojas Mugica. Por Francisca Márquez

La figura del corvo, a diferencia de las bellas líneas de Nazca, enuncia como instalación de memoria que es, los espectros del terror en nuestro olvido reciente.

FUENTE: Le Monde Diplomatique Chile

Aridez en cuerpos
enterrados bocabajo
alambrados hendidos
en la cara
púas
apenas mecidas
por la brisa
de cal
Martin Cinzano, 2020

Un corvo permanece incrustado en la tierra más seca del mundo, en Chile, en el desierto de Atacama (y también en el cerro Chena). Un geoglifo de 2 kilómetros de extensión y sólo visible desde las alturas, se dibuja en la aridez del territorio: un cuchillo corvo en medio de la nada. De su autoría no hay certeza, sin embargo, la imagen hace legible lo deliberado del gesto y la persistencia del territorio físico que la alberga. Para la arqueología las figuras recuerdan a las lejanas líneas de Nazca en Perú (300 a.C. al 600 d.C.), figuras de entre 50 y 300 metros con formas antropomorfas y zoomorfas. Sin embargo, las similitudes solo se remiten a sus dimensiones gigantes, a la construcción de las líneas mediante la retirada de la superficie terrestre y a la buena conservación que permite el clima seco del lugar. La figura del corvo, a diferencia de las bellas líneas de Nazca, enuncia como instalación de memoria que es, los espectros del terror en nuestro olvido reciente.

Un corvo, señala la literatura, era en sus orígenes una herramienta que usaban los mineros y pirquineros de la zona norte de Chile, pero que también servía como arma de defensa en especial en las zonas rurales. El corvo sirvió como arma de combate por campesinos reclutados en la Guerra contra la Confederación Perú Boliviana (1836-1839); y años después será incluido como arma de Infantería del Ejército de Chile en 1963. Una década más tarde, en 1974, volverá a ser utilizado por los agentes de inteligencia de la dictadura.

La figura del corvo reaparece en la historia reciente, el año 2011 en tiempos de democracia, cuando una dirigente de la Agrupación de Ejecutados Políticos de Calama recibe un sobre anónimo bajo su puerta con la imagen de este geoglifo. La mujer acude al juez que lleva la causa y deciden buscar la figura con la esperanza que ella entregue información sobre los cuerpos desaparecidos. Finalmente, nada se encuentra y el caso se cierra. Sin embargo, el corvo entrega información, tres cifras se leen en su empuñadura: 1973, 1978, 11. Fechas que como conjuros mantienen en la memoria viva los espectros del golpe militar, 11 de septiembre de 1973; y la fecha de la operación retiro de televisores, esto es, la extracción de los cuerpos enterrados por el régimen militar para posteriormente ser lanzados al mar en los llamados “vuelos de la muerte”. El corvo, dibujo hecho con toneladas de cal, marca con su silueta el horror de esos tiempos y la impunidad de estos. Dispositivo que amarra simbólicamente las memorias a una conciencia militar y nacionalista plasmada a sangre y fuego por la dictadura.

Captura del sitio web http://ejerciciosdearidez.com/

Ejercicios de aridez es un proyecto de arte desarrollado entre 2017 y 2020 por la artista visual, fotógrafa y cineasta chileno argentina Celeste Rojas Mugica (1987). Se trata de excavar en la memoria del corvo sobre el desierto de Atacama. Ejercicios de aridez es un proyecto que incluye una intervención lumínica sobre el territorio del desierto, una exposición en sala con videoinstalaciones y fotografías (Buenos Aires y Valparaíso), una plataforma virtual interactiva y una publicación impresa. Colaboran en esta tarea de comprender y amarrar imagen y palabra su hermano escritor Martin Cinzano (1977).

Lo que está claro, señala la artista Celeste Rojas, es que “se requirieron muchas manos y muchas personas para construir esto. Son probablemente camiones de cal los que se llevaron hasta ese lugar para dibujar eso. Al costado del corvo además hay un círculo, un círculo perfectamente dibujado de 600 metros de diámetro. Se requirió de una tecnología particular para dibujar algo tan gigante. Cada diez metros más o menos hay unos tachos, unos baldes de pintura completamente oxidada que van marcando la línea y entre cada tacho hay un alambre que va uniéndose para hacer la línea perfecta. Desde la imagen de Google Earth se observa que la imagen es como un borrador que tiene errores y es como si hubiesen dudado y hubiesen decidido hacerlo más grande. Entonces tiene una punta y después tiene otra. Hay algo también de convertir a ese paisaje en una pizarra de borrador.”

“11” Toma directa, digital. Vista aérea en el sitio de ubicación del corvo. Celeste Rojas Mugica ©

Como pizarra o pizarrón del trabajo de la historia, el corvo largo y sinuoso asemeja también a la alargada forma del territorio patrio. Como el mapa de Chile que el Instituto Geográfico Militar colorea para las escuelas del país, moldeando así los imaginarios sobre esta identidad patria. Estratégicamente instalado, desde Google Earth, el corvo – país se dibuja muy cerca del aeropuerto de Calama que en tiempos de dictadura operaba como aeropuerto que pertenecía a la Fuerza Aérea de Chile. En este ejercicio pedagógico, en cada vuelo los ojos de soldados y aviadores se posaban en el corvo – país, instalando en cada uno de ellos el mandato de exterminar al enemigo interno y salvar a la patria de la desobediencia civil. El corvo país se transforma así en el símbolo del honor y la gloria de las fuerzas armadas.

“Círculo”. Fotografía satelital en el sitio de ubicación del corvo. Celeste Rojas Mugica ©

En ejercicios de aridez, Celeste Rojas interroga el territorio, lo escudriña desde soportes diversos, incluso sobrevolándolo con un dron. Ella nos ofrece lecturas posibles, pero dejando siempre abierta la respuesta a las preguntas que desde ese día 11 se instalan en nuestro territorio. Porque de eso se trata, de “ejercitar”, como lo hacen también los militares en el desierto, para matar, para enterrar, para desenterrar y para dibujar con cal y huesos. El dibujo que investiga Celeste y la escritura poética de su hermano Martín Cinzano, sin embargo, exorcizan, enuncian y denuncian. Como solo el arte puede hacerlo.

En estos mapas de aridez, las lecturas poéticas y gráficas nos ofrecen un mapa físico, por cierto, pero como en todo ejercicio geopolítico, el mapa es también político en este largo, angosto y sobrexplotado pedazo de tierra. Haciendo tributo al juego de luces de las luciérnagas en Nostalgia de la Luz de Patricio Guzmán ( 2010), Ejercicio de aridez trabaja con pequeñas luces que recorren la silueta del corvo; pero a diferencia de la lúdica luz de las luciérnagas, operan como código morse lumínico o como una suerte de faro desde donde se emiten mensajes, señala la investigadora y fotógrafa argentina Agustina Triquell (2021). Será el observador y espectador en la sala de exposición o la plataforma de las imágenes, invitado a desencriptar libre y poéticamente los mensajes de este dibujo perdido en el Desierto de Atacama. Porque como señala Georges Didi-Huberman (2017), para reconocer a las luciérnagas hay que verlas en el presente de su supervivencia: hay que verlas danzar vivas en el corazón de la noche, aunque se trate de esa noche barrida por algunos feroces reflectores.

Instalación en sala. Fotografía satelital en el sitio de ubicación del corvo. Celeste Rojas Mugica ©

¿Cuáles son las implicancias de este gesto del corvo?, se pregunta la curadora argentina Florencia Battiti (2021) a propósito de la exposición. Lo cierto, responde, es que Ejercicios de aridez, como ensayo crítico-poético “interpela una topografía improbable e imposible, consciente de que no existe memoria sin imágenes y de que son las imágenes, en dialéctica con las palabras, las que construyen sentidos para los acontecimientos y la elaboración de las memorias de la violencia política”. Y quizás en esto consiste la fuerza terrible de Ejercicios de Aridez, en su impronta poética y política, donde una sin la otra, no serían posibles. Aquí el arte nos devela su capacidad de instaurarse en un cuerpo, un cuerpo doliente como es el de cada uno de los familiares de aquellos cuerpos que fueron enterrados y lanzados al mar, un cuerpo – país que no termina aun de suturar sus heridas de los golpes de 17 años de dictadura. Traernos al presente ese corvo y esas fechas, no es solo develar el horror; es sobre todo, un llamado a no olvidar las condiciones que lo hicieron posible. Un ejercicio contra el olvido, un ejercicio para la redefinición del reparto de lo sensible. Un arte de las formas sensibles y la empatía por una historia de lo indecible y que para las nuevas generaciones de artistas urge nombrar para poder redibujarla.

la silueta nívea
de este corvo
siempre vencedor
jamás vencido
su empuñadura de bronce aliado
la hoja de acero
brillante aún
cuando tiritan
ensangrentados
los cuerpos y despuntan
lentos petrificados
gritos
de aridez
Martín Cinzano, 2021

Captura del sitio web http://ejerciciosdearidez.com/

La muestra se exhibe actualmente en Buenos Aires, Argentina, en la Galeria Rolf Art, entre el 26/03 al 28/05 de 2021. En Chile se presentará en Galería CENTEX, Valparaíso, a fines de agosto 2021.